El sangrado uterino anormal es una alteración del ciclo menstrual normal, que puede deberse a cambios en la regularidad, frecuencia del ciclo, duración del flujo o el volumen de sangrado.
Es decir, es un sangrado diferente al usual , sostuvo la doctora Lolecia NG, ginecóloga obstetra de la ULAPS «Prof. Carlos Velarde», ubicada en San Cristóbal Río Abajo.
A pesar de que la mayoría de las mujeres, desde muy temprano experimentan el periodo menstrual “en promedio, el intervalo son cada 28 días de sangrado, más o menos 7 días, la duración puede ser entre 3 y 7 días, aproximadamente, y aunque la cantidad de sangrado no es fácilmente medible, puede ser de 10 a 70 ml, teniendo en cuenta que no es igual para todas las mujeres, ya que cada mujer tendrá una duración, intervalo y cantidad de sangrado diferente”, agregó la ginecóloga.
¿Cómo identificar un sangrado anormal?
En todo caso dependerá del ciclo regular de cada paciente, cada una logrará detectar el primer signo de alarma si su patrón cambia; es decir, si su ciclo era de siete días y repentinamente aumenta, sale de su patrón normal, entonces se podría pensar que algo pudiera no estar bien.
Por otra parte, es importante explicar que el sangrado uterino anormal puede clasificarse en dos:
- Sangrado uterino de causa orgánica: Ocurre cuando se presentan alteraciones hormonales, presencia de masas, pólipos, fibromas, cáncer o trastorno de la coagulación.
- Sangrado uterino disfuncional: Es definido por la presencia de sangrado anormal no causado por patología orgánica, medicaciones, embarazo o enfermedad sistémica, es la causa más común de sangrado uterino anormal.
A quien acudir
En este y en cualquier caso de condiciones inusuales o fuera de lo normal, se debe recurrir a un especialista, en este caso a un ginecólogo; quien podrá diagnosticar, tratar y prescribir el tratamiento según la condición de cada mujer, explicó la Dra. NG.
El especialista podrá ordenar un ultrasonido, programar una histeroscopia, una biopsia cervical, colposcopía, biopsia endometrial, laparoscopia, ultrasonido pélvico o una cirugía.
Esta situación es más frecuente al principio y al final de la edad fértil de la mujer.
La base del diagnóstico es un dictamen de exclusión y sólo puede establecerse cuando hayan descartado otras causas de sangrado que incluyan patologías orgánicas genitales u otras, tales como embarazo, uso de medicamentos (antipsicoticos, corticoides, estrógenos o progesterona, ISRS), trastornos de la coagulación, hepatopatías, enfermedades renales o alteraciones en el tiroides.
Las mujeres en todas las edades deben conocerse y así poder distinguir las alarmas que da su organismo, no automedicarse, no asumir que lo que fue bueno para la abuela lo puede aplicar a su situación o, peor aún, acudir a una persona no idónea para tratar su molestia.
En las policlínicas, Ulaps, policentros, clínicas y hospitales encontrarán servicios con especialistas en ginecología, donde pueden hacer una cita para resolver cualquier situación relacionada a sus órganos femeninos y así disfrutar de una buena salud en todas las etapas de la vida.
