Tras sufrir un accidente de tránsito que le imposibilitó mover la pierna derecha, hoy en día, Elvia Flores es una mujer que, gracias a su fe en Dios, se sobrepuso a los retos y obstáculos que le puso la vida.
Elvia, prácticamente, en silla de ruedas, logró ponerse de pie y caminar nuevamente, gracias al apoyo y dedicación que pusieron en ella fisioterapeutas del hospital Hogar de la Esperanza.
«Para nosotros es muy gratificante ver, cada tres meses, el logro que tiene cada paciente individualmente; cómo llegan un poco ansiosos al inicio del tratamiento y en esos tres meses se les van dando indicaciones, se va entrenando al familiar y, al final, tanto el paciente como la familia salen muy satisfechos de este hospital», manifestó el Lcdo. Francisco Alcocer, jefe encargado del servicio de Fisioterapia en el hospital Hogar de La Esperanza.
El pasado 30 de septiembre esta joven madre completó todas sus terapias, desde aquel momento su vida cambio por completo; ahora, estando al lado de sus seres queridos, Elvia se siente agradecida con Dios por devolverle parte de su vida.
«Yo me siento contenta porque estoy en mi casa, con mi familia, viendo mis plantas que es lo que más me gusta, hago las cosas que más puedo; por ejemplo, fregar y cocinar, gracias a Dios, porque después del accidente quede que, para servirme un vaso de agua, tenía que pedirlo, y al saber que puedo hacer mis cosas, eso es una bendición», explicó Elvia.
Desde hace ocho años Elvia reside junto a su esposo, dos hijos y un hermano, en Cerro Negro de Potrero Grande, de La Chorrera; para poder llegar a su casa, tiene que atravesar un largo trayecto compuesto de caminos de tierra, una pequeña quebrada y una pronunciada loma.
Elvia, de 31 años de edad, tiene dos hijos, Euris Emanuel Torres, de 3 años, y el más grande, Diego Ezequiel Martínez, de 9 años, cursa tercer grado en la escuela de Guadalupe, en la Pesa uno de La Chorrera.
A pesar de las dificultades, Elvia expresa que ante esta difícil situación que ha tenido que enfrentar, nunca se ha dado por vencida.
«Si Dios me está dando la oportunidad a mí, y cada cosa que mi cuerpo ha reaccionado bien, eso me demuestra que no me tengo que quedar estancada, sino más bien tengo que luchar y, aunque yo sienta que no puedo, yo lo voy a intentar», dijo.
El fisioterapeuta Francisco Alcocer exhortó a Elvia a que continúe enfocándose en su principal apoyo, su familia; que todo es un proceso y que ponga en práctica todo lo aprendido en el hospital, para que su recuperación sea óptima; que ella sea motor en su seno familiar y la sociedad, y pueda dar buenas referencias del trabajo que realizan los fisioterapeutas de este centro especializado.
«A las personas que se sienten en un momento difícil, nunca digan “no puedo”, siempre miren al cielo, cierren los ojos y siempre pedirle a Dios “sea tu voluntad y no la mía, sé tú mi fuerza la luz de mi camino y convierte mi tristeza en alegría”», enfatizó Elvia con un nudo en la garganta.