Por: Alfonso Fraguela
El escenario, la Asamblea General de Organización de las Naciones Unidas, en él, los gobernantes del mundo presentes en dicho Conclave abordarían diversos temas de interés internacional para las naciones ahí reunidas.
Uno de los temas obligados, fue el éxodo masivo que genera la migración irregular y que en caso puntual de América impacta a diversos países, ya que, frente a los cierres o reforzamiento de las fronteras, ha llevado a muchos estados a enfrentar el tema la seriedad.
Debido a que esta movilización masiva de personas ha dejado una huella en cada país donde llegan, afectando la seguridad alimentaria, el trabajo, la educación, la salud pública, y la estabilidad, entre otros renglones que perturban la posibilidad de respuesta de cada gobierno.
La posibilidad de perseguir el sueño americano se ha visto truncada, desde el momento en que Estados Unidos ha ejecutado acciones, para evitar el desplazamiento de grandes cantidades de personas, que ingresen a su territorio por sus fronteras.
Lo que ha llevado a cada país, a ejecutar medidas migratorias y de seguridad que impidan el paso, para detener a los peregrinos, obligando a cada pueblo a tener que convivir con esa situación.
Panamá no se escapa a esta situación, y lo que debió ser una reunión fructífera en el marco de esta Asamblea número 78 de la O.N.U. entre los dos presidentes Gustavo Petro de Colombia y Laurentino Cortizo de Panamá, se convirtió en una sesión de fotográfica, previa a los discursos románticos lejanos a la realidad y centrados en la fantasía de quienes lo redactaron.
El éxodo masivo parece que quedo solamente en reflexiones, sin posibilidad de respuestas por Colombia, ni exigencias de nuestro país, con el fin de frenar el movimiento por Darién.
Los medios informativos registraron que solamente se revivió la comisión de buena vecindad, sin mayores detalles ni acciones concretas, con responsabilidades claras y definidas por Colombia y Panamá.
En otras palabras, nuestra patria seguirá siendo un punto de recepción de personas, debido a que quien deben hacer su parte no la hace. Ya que, aunque se apele a la buena vecindad, no significa que estemos frente a los buenos vecinos.
