Este 4 de enero, se conmemora el Día Mundial del Braille y se celebrará todos los años a partir de 2019.
Esta celebración tiene como objetivo destacar la importancia del braille como medio de comunicación para la plena realización de los derechos humanos para las personas ciegas y con deficiencia visual.
Braille nació el 4 de enero de 1809 en el pueblo francés de Coupvray y falleció el 6 de enero de 1852.
A los tres años de edad sufrió un accidente que le privó de la vista: imitando a su padre, que era artesano, se dañó uno de los ojos con el punzón que utilizaba para perforar el cuero. En poco tiempo el ojo lastimado infectó el sano y el pequeño Louis perdió la vista para siempre.
Asistió por dos años a la escuela de Coupvray, demostró ser uno de los alumnos más aventajados, su familia creyó que el muchacho nunca podría aprender a leer y escribir.
A los diez años ingresó en la escuela para ciegos de París, una de las primeras instituciones especializadas en este campo que se inauguraron en todo el mundo.
El deseo de leer libros al igual que los demás, lo llevó a crear un alfabeto táctil en 1824, cuando asistía al Real Instituto para Jóvenes Ciegos de París.