Por Mólotov Lautaro
Las naciones deben ser guiadas por estadistas, quienes a su vez deben tener asesores que complementen su liderazgo.
Como el caso del Capitán Kirk de Viaje a la Estrellas -de la serie original y las nuevas versiones-, si bien es un personaje ficticio creado por Gene Roddenberry, la figura debía enfrentar una serie de situaciones de carácter político y militar.
Roddenberry logra que Viaje a las Estrellas sea una crítica a la Guerra Fría, ya que el programa nació a mediados de la década de los años sesenta.
Donde la Federación de Planetas era una versión estelar de la Onu, con los mismos problemas políticos.
Kirk tenía una personalidad muy osada para resolver conflictos, pero contaba con el apoyo incondicional de dos asesores: el señor Spock y el doctor Leonard McCoy.
Spock y McCoy eran personajes totalmente opuestos, el primero era un tipo irritante lógico, que anteponía la razón ante lo emotivo y McCoy, a pesar de ser un científico, sus razonamientos eran basados en emociones.
Este tipo de equipos o consultores se repiten en la historia; Winston Churchill tenía a Alan Brooke, mientras que a Adolfo Hitler nadie se atrevía a contradecirlo o a debatirle, esta demás decir quién fue el vencedor.
En Latinoamérica, donde los Estados se rigen en su mayoría por sistemas presidencialistas, los asesores deben cumplir su papel en aconsejar al jefe de la nación.
Los asesores no deben ser figuras complacientes, deben poner en contexto al líder del resultado de sus políticas de Estado en frío, analizar si avanzan bien o si van por el rumbo equivocado.
También es deber del presidente escoger bien a estos personajes, ya que el que será recordado en la historia como buen o mal gobernante será el presidente no el asesor
