A mediados de la década de los 70 bajo la política de no alinearse ni con occidente ni con con el este, impulsada por el general Omar Torrijos, Panamá recibió la visita de uno de los líderes más queridos y odiados del siglo XX, el mariscal Josip Broz Tito.
Tito en aquella época era un referente del mundo comunista y de occidente por su negativa de someter a la República Federativa Socialista de Yugoslavia, a los mandatos de Iósif Stalin, líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
La Yugoslavia de Tito brindó apoyo en materia economía y de desarrollo industrial a los países del Tercer Mundo, que no querían entrar en la disputa de la URSS y Estados Unidos.
Torrijos recibió al mariscal Tito en el aeropuerto de Tocumen el 14 de marzo de 1976.