Alrededor de cuatro infantes prematuros nacen, por semana, en la unidad de cuidados críticos de la sala de neonatología del Hospital «Irma de Lourdes Tzanetatos», una cifra que ha aumentado, en los últimos años, destacó la pediatra neonatóloga, Mélida Escala, quien explicó que todo recién nacido que llegue al mundo antes de las 37 semanas es considerado un bebé prematuro, y es que al nacer antes de tiempo no están totalmente preparados para la vida fuera del útero.
Para garantizar la vida y desarrollo de un bebe prematuro se requiere de una incubadora, que es la que los mantiene a los recién nacidos, en un ambiente optimo, hasta alcanzar su desarrollo; Con el funcionamiento de este equipo se logra mantener al bebé en un entorno con la temperatura controlada; donde otro elemento importante para la vida de los prematuros, es recibir leche materna y a diario reciben la visita de su madre y/o su padre, destacó la enfermera Marlene Rodríguez, encargada de la unidad de cuidados intensivos.
Durante la alimentación del infante prematuro, la leche materna se convierte en el alimento exclusivo de los bebés que permanecen dentro de la incubadora; el proceso incluye a la madre, que dentro de sus posibilidades, debe ir al banco de leche humana del hospital para ordeñarse el alimento que le brindará a su hijo. Este proceso es fundamental para el desarrollo del neonato. «La madre y el padre reciben, diariamente, la condición de los pacientes recluidos en la sala», así lo indicó la Dra. Jesualda Sanchez, pediatra neonatóloga de dicho hospital.
Un buen control prenatal puede evitar que la madre llegue a un parto prematuro, es importante considerar:
- Asistir a las citas agendadas por el ginecólogo.
- Seguir las indicaciones médicas, como tomar las píldoras recetadas.
- Realizarse los exámenes programados.
- Llevar una alimentación balanceada.
- Entre otras indicaciones que suministre el médico tratante.
